Jugar con arena estimula la curiosidad y la creatividad del niño, le anima a hacer cosas por sí solo, desarrollando las
habilidades motoras de brazos y manos (psicomotricidad fina).
Todo lo que aprende en el arenero es por descubrimiento, a través de su propia acción.
Se convierte en un laboratorio de investigación y
experimentación de texturas, consistencias, de conceptos "cientificos" como lleno y vacío,
meter y sacar, mucho y poco, dentro y fuera, el peso...
Aunqué suela haber areneros en los parques urbanos y las
zonas infantiles , creemos que poder disponer
de un espacio con arena en la terraza de casa permita al niño experimentar en
libertad, con un tiempo y un ritmo más personales, y sin emplear la
energía y el interés en defender un trozo de tierra, reclamar la pala
que alguien se llevó o lamentar un hermoso pastel de arena que otro
chafó accidentalmente.
Para hacer un arenero en casa, recomendamos utilizar una caja de cartón, un cajón o incluso la bañera de bebé que ya no usáis, arena fina y blanca, de buena calidad. Cuantas menos piedrecitas pequeñas tenga, más segura será.
Podemos ofrecer al niños varios utensilios, no necesariamente deben ser la clásica pala y cubo de plastico. Un mortero, cucharas de madera, un colador de metal...un peine, un rollo de papel higiénico, piedras, conchas...
Observad a vuestros niños y niñas jugando con arena en un entorno
relajado, en casa. Veréis cómo su dinámica de experimentación, la
concentración y el placer, son muy distintos de los que pueden disfrutar
en un parque excesivamente poblado :)
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